domingo, 25 de agosto de 2013

Los tres pilares básicos de la fotografía. El modo manual de tu cámara.

Una vez ya hayáis practicado un poco con el modo automático, tal como os proponía en mi anterior entrada "Ya tengo mi cámara, ¿y ahora qué hago?", el siguiente paso es empezar a entender y practicar con el modo manual.

La Exposición:

Para utilizar el modo manual es necesario que conozcáis el concepto de Exposición. La exposición de una fotografía es la cantidad de luz que consigue captar el sensor (antes, con la fotografía analógica, era la película) de vuestra cámara. Dependiendo de cómo y con qué parámetros hayamos configurado nuestra cámara para realizar la captura, una fotografía tendrá mayor o menor exposición. El objetivo siempre será conseguir hacer la fotografía con la exposición correcta, es decir, que no salga ni muy clara ni muy oscura. De este modo, si todos los tonos tienen una luminosidad correcta, se dice que la fotografía está bien expuesta.

Aquí os pongo un ejemplo sobre lo que sería una fotografía subexpuesta (con unos tonos demasiado bajos u oscuros), una fotografía bien expuesta (todos los tonos tienen suficiente luz) y una fotografía sobreexpuesta (la fotografía se ha quemado por exceso de luz):


Fotografía con diferentes exposiciones (subexpuesta, bien expuesta y sobreexpuesta)
Fotografía con diferentes exposiciones (subexpuesta, bien expuesta y sobreexpuesta)

Y os preguntaréis "cuando esté haciendo fotos, ¿cómo sé si saldrá bien expuesta la fotografía?". Pues la solución es muy sencilla, disponéis de un exposímetro en la pantalla de vuestra cámara y en el visor. Este exposímetro os indicará si, con los parámetros que habéis establecido, la fotografía saldrá bien expuesta.

El exposímetro suele ser como la siguiente imagen:

Exposímetro
Exposímetro

Si el indicador se coloca en la parte izquierda, la fotografía saldrá subexpuesta. Si, por el contrario, el indicador está en la parte derecha, la fotografía saldrá sobreexpuesta. Por tanto, el objetivo será conseguir que el exposímetro se estabilice justo en el centro, para saber que la fotografía saldrá perfectamente expuesta.

Y aquí es donde entran en escena los tres pilares básicos de la exposición en la fotografía. Estos tres pilares serán los parámetros que os permitirán ajustar el exposímetro en la posición central. Se trata de la sensibilidad ISO, la velocidad de obturación y la apertura de diafragma.

Os los explico a continuación con algún ejemplo:

Sensibilidad ISO:

Se trata de un parámetro "heredado" en cierta manera de la fotografía analógica. Entonces, las películas tenían componentes más o menos sensibles a la luz, por lo que una película podía captar más luz que otra dependiendo de los elementos de los que estaba hecha.

En la fotografía digital, esto se ha transformado en un parámetro del sensor, que se puede configurar mediante un menú. Por tanto, nos ahorramos tener que cambiar de carrete para que nuestra cámara sea más o menos sensible a la luz.

La sensibilidad ISO se mide con valores comprendidos entre ISO 50 e ISO 25000 (en ocasiones incluso más). Esto quiere decir que la mínima sensibilidad será ISO 50, y que a partir de ahí, se puede establecer al doble de sensibilidad cada vez: ISO 100, ISO 200, ISO 400, ISO 800, etc.

Os recomiendo que intentéis obtener las fotografías con la menor ISO posible, ya que el problema que causa aumentar la ISO es la aparición de ruido en nuestras fotografías. El ruido es una pérdida de información en zonas oscuras, que se sustituye por una especie de puntos. A pesar de que hay programas de post-proceso que eliminan el ruido de manera muy sorprendente (NoiseNinja o Adobe LightRoom, por ejemplo), siempre es mejor utilizar la menor ISO posible, para evitar este ruido excesivo.

Con las cámaras actuales, desde ISO 50 hasta ISO 800, el ruido que nos aparece es casi inapreciable, por lo que podremos hacer fotografías hasta ISO 800 sin problemas. Eso sí, me reitero en que os recomiendo hacer las fotografías con el menor ISO posible.

Velocidad de obturación:

La velocidad de obturación es el tiempo que el obturador queda abierto para dejar pasar la luz hasta el sensor de nuestra cámara.

Cuanto más tiempo se abre el obturador, más luz entra y, por tanto, la exposición será mayor (aclara la imagen). Por el contrario, con una velocidad muy alta, el obturador se abrirá muy poco tiempo, dejando pasar menos luz y, por tanto, haciendo que la exposición sea más baja (oscurece la imagen).

Las velocidades de obturación se expresan en segundos y fracciones de segundo. La mayoría de las cámaras permiten establecer velocidades de obturación desde 30 segundos hasta 1/4000 segundos (una cuatro-milésima de segundo).

Para entender mejor cómo afecta la velocidad de obturación, os pongo tres ejemplos:

Velocidad muy alta, desde 1/4000 sg. hasta 1/200 sg. (ideal para deportes, congelar una escena...):

Agua Congelada (Fotografía tomada a 1/400 sg)
Agua Congelada (Fotografía tomada a 1/400 sg)


Velocidad muy baja, desde 1/400 sg hasta 30 sg. (ideal para imagen nocturna, efecto movimiento o seda...)

Agua sedosa (fotografía tomada a 1/4 sg)
Agua sedosa (fotografía tomada a 1/4 sg)


Foto nocturna de larga exposición (fotografía tomada a 15 sg)
Foto nocturna de larga exposición (fotografía tomada a 15 sg)

Apertura de diafragma:

El diafragma es la parte del objetivo que se puede abrir o cerrar en mayor o menor grado, dejando pasar más o menos luz. Podríamos decir que sería como el iris del ojo humano.

El parámetro que establece este grado de apertura es lo que llamamos "apertura de diafragma" y se mide en "efes" (por ejemplo f/1.2 o f/8). Los grados de apertura van desde mucha apertura (entra mucha luz), que sería un f/1.4, hasta muy poca apertura (entra muy poca luz), que sería un f/22.

Para que lo entendáis mejor, os pongo un esquema en el que se ve, de manera muy gráfica, cómo se representa cada valor de apertura:

Aperturas de diafragma
Aperturas de diafragma

¿Y qué efectos tiene abrir o cerrar más el diafragma?

Cuando establecemos una 'f' baja, tendremos una gran apertura de diafragma. Con esto, conseguiremos que entre mucha luz a través del objetivo, por lo que nos permitirá hacer fotografías a más velocidad (obturación más rápida). A parte, veremos que conseguiremos que la profundidad de campo sea muy corta, es decir, que si enfocamos con una apertura alta un objeto, todo lo demás saldrá desenfocado (el fondo).

En cambio, si establecemos una 'f' alta, tendremos una apertura muy pequeña de diafragma, por lo que entrará muy poca luz. Esto nos obligará a hacer las fotografías a una velocidad menor (obturación lenta). Las aperturas pequeñas de diafragma, consiguen una gran profundidad de campo, es decir, que saldrán enfocados todos los elementos de la fotografía.

En futuras entradas os explicaré con más detalle qué es esto de la profundidad de campo, de momento, con recordar estos dos puntos, es suficiente:

Si ponemos una gran apertura de diafragma (f/1.4 por ejemplo), podremos enfocar mucho un elemento y todo lo demás saldrá muy desenfocado (ideal para retratos).
Si ponemos una gran apertura de diafragma (f/1.4 por ejemplo), podremos enfocar mucho un elemento y todo lo demás saldrá muy desenfocado (ideal para retratos).

Si ponemos una pequeña apertura de diafragma (f/11 por ejemplo), conseguiremos enfocar casi todo en la escena (ideal para paisajes).
Si ponemos una pequeña apertura de diafragma (f/11 por ejemplo), conseguiremos enfocar casi todo en la escena (ideal para paisajes).
En una futura entrada os explicaré mediante ejemplos, cómo podéis combinar los tres pilares básicos, para obtener diferentes efectos. Lo ilustraré con fotografías que he tomado yo, y os detallaré porqué la tomé con esa ISO, esa apertura y velocidad. De esta manera veréis que es fácil entender los conceptos, viendo ejemplos os será más sencillo.

Lo importante ahora es que practiquéis para ir cogiendo soltura y conseguiréis poco a poco perfeccionar vuestra técnica. Combinad ISO, velocidad y apertura, para que vuestro exposímetro os indique que la fotografía saldrá bien expuesta. Y una vez lo tengáis, podéis cambiar uno, compensar el otro, vamos, lo que os he dicho muchas veces: ¡Salid a jugar y probar! 

¡A partir de ahí, disfrutar consiguiendo diferentes efectos en vuestras fotografías está a un paso!



miércoles, 21 de agosto de 2013

Ya tengo mi cámara. ¿Y ahora qué hago?

Una vez habéis superado el dilema de qué cámara comprar, os embargará la emoción de abrir la caja, montar el objetivo, leer un poco por encima el manual… Y estoy seguro de que después os asaltará, tarde o temprano, la misma duda que nos ha asaltado a todo nuevo aficionado a la fotografía réflex: “Muy bonita mi cámara, pero, ¿ahora qué hago?”.

No os agobiéis porqué la cámara tenga muchos modos, parámetros y botones. Al final los acabaréis controlando todos. Vamos a empezar por lo básico. Para ello os voy a explicar los modos que toda réflex incorpora y os aconsejaré sobre cómo comenzar a utilizar vuestra nueva cámara para que vuestro aprendizaje sea tan divertido como progresivo.

Todas las cámaras réflex suelen tener los mismos modos básicos de funcionamiento. Dichos modos combinan los tres parámetros básicos de la fotografía: la sensibilidad ISO, la apertura del objetivo y el tiempo de exposición. Estos conceptos los explicaré en profundidad en mi siguiente entrada: "Los tres pilares básicos de la fotografía. El modo Manual de tu cámara.Dichos parámetros serán los que, una vez los interioricéis y sepáis qué efecto se consigue combinándolos, os permitirán tomar las fotografías tal y como la queríais tomar


Os paso a explicar los modos básicos: 
  • Modo Automático: En este modo, no hemos de hacer nada más que apuntar hacia donde queremos tomar la foto, enfocar y disparar. La cámara se encarga de tomar todas las decisiones para que la fotografía salga bien expuesta y con la luminosidad adecuada. Es un modo básico que nos permitirá sacar nuestras primeras fotos, antes de pasar a modos más complicados. Es muy útil para practicar el encuadre y la composición de la fotografía, sin tener que pensar en si saldrá clara u oscura.

  • Modo P: Este es el llamado también "modo semi-automático" y es muy parecido al anterior, pero te deja modificar algún parámetro más (sensibilidad ISO, balance de blancos y compensación de exposición). En este modo la cámara decidirá por nosotros qué apertura y velocidad de obturación son las adecuadas. Este modo es útil cuando no podemos prepararnos una toma con calma, podríamos decir que es nuestro revólver. ¡Apunta y dispara! Eso sí, en la mayoría de las tomas veréis que la cámara no ha tomado la decisión adecuada a lo que teníamos pensado, no deja de ser una máquina, no es perfecta... Para eso están los tres siguientes modos.

  • Modo A (en Canon es Modo Av): Este es el modo llamado comúnmente "Modo de Prioridad de Apertura". Se llama así porqué será precisamente la Apertura del diafragma del objetivo el único parámetro que modifiquemos (además de la ISO, que también podemos establecerla). Esto quiere decir, que a igual ISO, dependiendo la apertura que seleccionemos, la cámara adaptará la velocidad de obturación adecuadamente. Es muy útil cuando sólo necesitemos establecer la luz que queramos que entre en el objetivo, provocando más o menos distancia focal. También, por ejemplo, para establecer la menor apertura de diafragma, de modo que toda la escena quedará 100% enfocada. (los efectos que produce una mayor o menor apertura los explicaré, como he dicho anteriormente, en mi otra entrada: "Los tres pilares básicos de la fotografía. El modo Manual de tu cámara.")

  • Modo S (en Canon es Modo Tv): Se trata del caso contrario al anterior. También se le llama "Modo de Prioridad de Velocidad". En este caso, el parámetro que estableceremos será el de la velocidad de obturación, dejando en manos de la cámara decidir qué apertura deberá aplicar para que la toma quede bien expuesta. Este modo es útil, por ejemplo, cuando sabemos que queremos realizar una toma en la que el sujeto quede congelado, por lo que pondremos una velocidad muy rápida de obturación (por ejemplo 1/2000 sg.). Otro ejemplo sería cuando queremos poner una velocidad lenta y captar el efecto seda del agua de una fuente (1 sg.). En ambos casos, la cámara decidirá abrir más o menos el objetivo, consiguiendo exponer correctamente la escena.

  • Modo M (Manual): Es el modo con el que acabaremos trabajando si queremos realmente captar la imagen tal como la tenemos pensada en nuestra cabeza. En este modo, la cámara hará todo lo que le digamos, por lo tanto, tendremos que tener en cuenta todos los parámetros para que la fotografía quede bien expuesta. Es el modo más divertido cuando controlas todos los parámetros y los sabes seleccionar y combinar para cada ocasión. ¡Pero, en este modo, todo depende de nosotros y nuestra destreza para conseguir una buena toma!

Durante el aprendizaje yo recomiendo realizar el siguiente truco, hasta que tengáis por la mano cómo 'jugar' con Velocidad y Apertura en el modo manual:
  • Poned primero el modo A o el modo S y la sensibilidad ISO a 100. 
  • Estableced una apertura (o velocidad, según qué modo hayáis elegido) y dejad que la cámara calcule el otro parámetro.
  • Una vez veáis qué aconseja la cámara, pasad al modo M (manual).
  • Estableced la misma apertura que habíais puesto y la velocidad que os había recomendado la cámara.
  • A partir de ahí, podéis probar pequeñas modificaciones de ambas, para ir probando y aprendiendo cosas.
De esta manera, iréis cogiendo soltura a la hora de ver cómo se combinan los tres pilares, ISO, Velocidad y Apertura. Cuando llevéis un tiempo, veréis que los cálculos los haréis de forma natural. En cuanto penséis en una fotografía de paisaje, vuestro cerebro os dirá rápidamente ISO 100, Apertura 11f y Velocidad 1/60sg. Y eso se consigue con la práctica, así que calma, id paso a paso.

Seguro que muchos amigos o conocidos, que ya tienen cierta experiencia, os dirán pestes de los modos automáticos o semiautomáticos y que es una tontería comprarse una réflex si no vas a hacer uso del modo Manual. No hagáis caso, es más, en esta primera entrada, en la que ya tomamos contacto con la cámara, me gustaría proponeros lo siguiente:
  • Coged vuestra cámara.
  • Poned el modo Automático o el modo P.
  • Salid a callejear y practicad sólo el encuadre, el zoom y el enfoque manual o automático.
Como bien sabéis, para correr hay que comenzar por caminar, y con este ejercicio lo conseguiréis. Es por ello, que os digo que los modos Automáticos no son malos, ya que os permitirán aprender a encuadrar y centraros sólo en eso, consiguiendo unos resultados desde el primer día que os sorprenderán.

Para ello, os recomiendo la lectura de mi futura entrada: "La composición fotográfica y la ley de los tercios. Cómo conseguir fotografías con personalidad." en la que os explicaré lo que debéis practicar en este ejercicio que os acabo de proponer. Veréis que con un par de consejos muy fáciles de aplicar, conseguiréis tomas que parecerán hechas por un profesional.

Una vez hayáis comenzado vuestras pruebas y hayáis salido a explorar, podéis compartir vuestra experiencia con nosotros en la sección de comentarios. Y cualquier duda que os aparezca, podéis preguntarla en comentarios y os responderé lo antes posible.

Espero que con esta entrada, tengáis un poco más claro cómo empezar con vuestra nueva cámara.

¡Ánimo y salid a practicar sin miedo!


miércoles, 14 de agosto de 2013

¿Qué cámara réflex es ideal para comenzar?



Cuando alguien quiere entrar en el mundo de la fotografía y empieza a buscar su cámara, se encuentra con la abrumadora gran cantidad de cámaras, objetivos, kits y marcas que existen actualmente en el mercado. La cual cosa provoca la sensación de no saber ni por dónde empezar

Para evitar estas dudas, os propondré un par de opciones básicas con la que os aseguro que daréis el salto a la fotografía réflex de manera segura y con una cámara que se adapte a vuestras necesidades de aprendizaje durante los próximos años. 

Aquí no es cierto el dicho de “Burro grande, ande o no ande…” ya que la adquisición de una cámara profesional o de gama alta, podría tener las dos siguientes (y graves) consecuencias: 

  • Las cámaras profesionales o de gama alta suelen tener muchos más parámetros de configuración y todo es más manual y complejo. Eso conlleva que el aprendizaje se complique mucho al ser novatos y muchas veces lleva a tal frustración, que podría impedir que mejorarais o aprendierais al ritmo adecuado.
  • El coste de una cámara de esta gama es muy elevado. No olvidéis que estamos aprendiendo. Puede darse el caso que al comenzar en el mundillo, alguno se diera cuenta de que no le gusta lo suficiente. En este caso, se convertiría en una doble decepción, ya que además de darse cuenta que no le gusta la fotografía, se sumaría que habría realizado una inversión demasiado elevada en balde. 

Estos dos motivos son conocidos por las mejores marcas y, por ello, siempre tienen en el mercado al menos dos líneas o gamas de productos. De este modo pueden dar solución a los clientes que quieren empezar a conocer la fotografía réflex sin tener que re-hipotecar el piso.

No me gusta recomendar más una marca que otra. Yo, personalmente, opté por una Nikon, pero cualquier otra marca con solera (Canon, Sony, Pentax…) tiene cámaras de todas las gamas y de similar calidad. No creáis a aquellos que os digan que compréis una Canon o una Nikon porque una marca es mejor que la otra. Cada marca tiene sus modelos y cada uno de ellos tiene unas características únicas... ¡Hay Canon mejores y peores y con las Nikon pasa igual!

Lo que siempre recomiendo es comprar por Internet, ya que os podéis ahorrar bastante dinero. Para ello, mis dos opciones de compra siempre son www.amazon.com o www.redcoon.es ya que son muy serias y sus entregas son rápidas y fiables.

En ambas encontraréis ofertas muy suculentas, entre las que os recomiendo dos opciones, una más asequible y otra más ambiciosa:
  • Adquisición muy asequible:
    • Ambas son similares en características y precio:
      • Nikon D3100 (350€), que es la que adquirí yo hace dos años.
      • Canon EOS 1100D (350€)
  • Adquisición más ambiciosa (recomendada):
    • Actualmente, se trata de los dos modelos que más se venden para fotógrafos en ciernes:
      • Canon EOS 600D (500€)
      • Nikon D5100 (500€)

Todas ellas suelen venir en formato "Kit" incluyendo un objetivo. Yo os recomiendo adquirirlas con un objetivo de 18-55mm o 18-105mm, que suelen ser los más habituales. Dichos objetivos no son de una calidad muy elevada, pero permiten practicar muchos tipo de fotografía. Esto es muy importante, ya que os ahorrará muchos quebraderos de cabeza hasta que tengáis conocimientos suficientes para decidir qué objetivo usar en cada ocasión (tranquilos, lo veremos poco a poco en este Blog y veréis que tampoco es tan fiero el lobo como lo pintan…) 

Resumiendo, sea cual sea vuestra elección, habréis adquirido una cámara que cubre todo lo necesario para aprender las bases de la fotografía réflex. Disfrutadla, explorad e investigad todo lo que podáis. De esta manera encontraréis el tipo de fotografía que más os gusta y, por tanto, habréis encontrado el camino de mejora de vuestro equipo para adaptarlo a las fotografías que más os guste hacer.

Antes de finalizar la entrada, no quería obviar el tema de los complementos. Muchas tiendas y páginas web os recomendarán packs a la hora de adquirir las cámaras, entre los que se incluyen fundas, filtros, etc. 
Yo os recomiendo, si el presupuesto os lo permite en la inversión inicial (sino, posteriormente ya iréis completando el equipo), que adquiráis los siguientes complementos junto con vuestra cámara: 
  • Tarjeta de memoria SD: Es imprescindible. Con una de 4Gb será suficiente, si os hace falta alguna más como soporte, ya la compraréis más adelante. 
  • Filtro UV (neutro): Os protegerá el objetivo de polvo, marcas digitales y golpes accidentales (¡Mejor que se rompa un filtro a que se rompa el objetivo!). Se trata de unos filtros que se enroscan delante del objetivo, pero que no afectan en absoluto a las fotos que toméis, sólo protegen. ¡Un must have del kit del principiante!
  • Mochila: Elegid una mochila o bolsa que os sea cómoda y pensando en el futuro. Para ello, sería bueno adquirir una en la que cupiera la cámara y al menos un objetivo extra (para cuando ampliéis vuestro equipo).
  • Trípode: Hay trípodes por 30€ que serán suficiente para iniciaros en la fotografía nocturna y de larga exposición. En una futura entrada, os explicaré la importancia de contar con un trípode.
  • Kit de limpieza: Siempre va bien tener un kit de limpieza, sobre todo si tenéis pensado hacer fotografías en exteriores (con polvo, arena, …). Es muy importante mantener tanto objetivos como cuerpo de la cámara siempre impolutos para evitar posible manchas en vuestras fotografías.


Con esto de inicio será más que suficiente, así que ahora os toca realizar un estudio de mercado, en el que evaluéis, a partir del presupuesto con el que contáis, qué cámara adquirir. 

Recordad que, toméis la decisión que toméis, si seguís mis recomendaciones anteriores, no os equivocaréis y podréis seguir avanzando y aprendiendo. Con la adquisición de una de estas cámaras os aseguro que tenéis para un par de años de aprendizaje asegurados.

En mi próxima entrada intentaré arrojar luz sobre la siguiente duda, la cual estoy seguro que os surgirá (ya que nos ha sucedido a todos) tras adquirir la cámara y tenerla por primera vez entre las manos: ¡Y ahora qué hago! 

Os animo a explicar en el apartado de comentarios vuestra adquisición, y si alguien tiene alguna duda también la puede plantear y le daremos respuesta lo antes posible.

 ¡Ya queda menos para empezar a practicar!



martes, 13 de agosto de 2013

Bienvenidos a la fascinante aventura de aprender fotografía



Muchos de nosotros hemos tenido desde pequeños una cámara de fotos, de mayor o menor calidad, con sus carretes de 24 o 36 fotos y su ruedecita para avanzar a la siguiente imagen. No obstante, no ha sido hasta la llegada de la era digital, donde se ha masificado y acercado a todo el mundo el fantástico hobby de la fotografía.

A todos nos han encandilado en alguna ocasión las fantásticas fotografías que aparecen en revistas de naturaleza y viajes, como la clásica National Geographic. Y hemos soñado en innumerables ocasiones que somos un fotógrafo profesional al que le han encomendado plasmar en imágenes la fauna y la flora salvaje de Kenya.

Ya hace mucho tiempo que la fotografía me entusiasma, empecé con la utilización de cámaras de apenas 1 megapíxel (en los inicios de las cámaras digitales), pasando por diferentes móviles con cámara incorporada y alguna que otra compacta de gran calidad, hasta que hace dos años sentí la necesidad de dar el paso definitivo: la fotografía con réflex.

En el momento en que adquirí mi primera cámara réflex fue cuando comprendí lo profundo e inmenso que es el mundo de la fotografía. Si tienes una mente inquieta, encontrarás en la fotografía con cámara réflex un camino casi inescrutable de infinitas posibilidades, que pone a prueba tu capacidad de aprendizaje, tu afán de mejora y sorpresa por tus progresos. Y, no lo voy a negar, algún que otro desembolso para adquirir complementos con los que continuar tu crecimiento e investigación.

Pero no os asustéis... ¡Con una inversión relativamente baja, se pueden obtener unos resultados fantásticos! El secreto radica en no marcarse metas inalcanzables al principio y disfrutar aprendiendo. No hay nada mejor que coger la cámara, seleccionar uno de tus objetivos y salir a callejear para practicar tu nuevo hobby. No importa si al principio salen fotografías borrosas, oscuras o mal encuadradas.

Da igual, haz la foto y al llegar a casa, ¡visualízala tranquilamente! Una vez la revisualices en casa te darás cuenta de qué te transmite esa fotografía, si hay algo que podrías hacer mejor, si has aplicado lo poco que has aprendido últimamente, o, incluso, si al practicar nuevas técnicas, has olvidado aplicar aquel truco que aprendiste hace un tiempo… ¡Eso es lo grande de empezar en la fotografía, que todo lo que haces es nuevo y desafiante!

Y ya no hablemos de cuando empieza a pasar el tiempo y vas viendo que tus fotografías ganan, no sólo en calidad técnica (mejor exposición, mejores encuadres, …), sino que te das cuenta de que cada fotografía que has realizado en tu última salida tiene un sentido, tiene una historia. Posiblemente, habrás pasado por un lugar que fotografiaste hace un año y piensas: "Vaya, esta vez sí que he captado la atmósfera del lugar…"

Esta es la sensación que quiero que sintáis todos aquellos que visitéis mi nuevo blog. Quiero que sintáis la pasión que puede transmitirte la fotografía cuando la aprendes con calma, ilusión y paciencia. En cada entrada intentaré exponer una historia o experiencia personal, siempre en lenguaje sencillo y sin tecnicismos, para compartir con vosotros todo lo que he ido aprendiendo durante estos dos breves años, de modo que os ayudaré a que vuestro camino sea lo más apasionante y divertido posible.

No os impongáis aplicar las reglas establecidas de manera estricta, para eso ya tendréis tiempo. Id poco a poco. Cuando salgáis de caza (de imágenes, claro) debéis plantearos retos pequeños. “Hoy quiero practicar la regla de los tercios…” o “Hoy voy a aplicar el desenfoque Bokeh…” Esos pequeños retos, al superarlos, serán los que reforzarán vuestra seguridad y evitarán el agobio y la frustración del que quiere apuntar demasiado alto al principio. Ante pequeños retos, obtendréis grandes victorias y... ¡Eso alimentará vuestras ganas de aprender más y más cada día!

Este es y será siempre el objetivo de mi nuevo blog. No pretendo formar fotógrafos, porque no tengo ni el conocimiento ni la titulación necesaria, pero sí que me gustaría que, con la narración de la breve experiencia que he adquirido con mi autoaprendizaje y con los retos que os pueda plantear a través de mi blog, consiga que vuestra motivación y fascinación por este nuevo mundo, en el que justo aterrizáis ahora, crezca cada día.

Bienvenidos al fascinante mundo de la fotografía. Bienvenidos a mi nuevo Blog.